Relación Geográfica de San Miguel de Allende |
Lic. en etnohistoria por la ENAH
Los estudios etnohistóricos necesitan de fuentes documentales, para aproximarse a ellas se sigue una metodología que se divide en tres pasos: visión de conjunto, análisis y síntesis. Para la época novohispana se cuentan con diarios de viajeros, narraciones de conquistadores, crónicas provinciales, cartas, códices, obras referentes al mundo indígenas, documentos de archivos y las relaciones geográficas.
Los estudios etnohistóricos necesitan de fuentes documentales, para aproximarse a ellas se sigue una metodología que se divide en tres pasos: visión de conjunto, análisis y síntesis. Para la época novohispana se cuentan con diarios de viajeros, narraciones de conquistadores, crónicas provinciales, cartas, códices, obras referentes al mundo indígenas, documentos de archivos y las relaciones geográficas.
El orden cronológico de las relaciones es el siguiente: en 1577 fueron ordenadas las primeras relaciones geográficas por Felipe II, siendo virrey de la Nueva España Martín Enríquez Almanza. En el siglo XVII, Felipe V en 1743 ordenó una nueva serie, lo mismo hizo Carlos III en 1777, siendo virrey Antonio María Bucareli y la última colección fue ordenada por Carlos IV cuando era virrey el segundo conde de Revillagigedo en 1790.
Las relaciones geográficas del siglo XVI
Se les pidió a gobernadores, corregidores, alcaldes mayores, religiosos u otras personas notables con la asesoría de los indígenas de mayor edad, que contestaran por escrito el cuestionario de 50 preguntas, en las cuales se observaba la visión que se tenía por entonces de la historia que se dividía en natural y moral, siguiendo los preceptos que provenían desde Aristóteles. El cuestionario contenía preguntas sobres aspectos de la geografía de las localidades: ríos, lagos, cerros, salitreras, minas, etc. Se pedía información sobre la historia prehispánica de los lugares y sobre la infraestructura religiosa como catedrales, iglesias, conventos, escuelas y hospitales. Los datos demográficos relacionados con la población indígena, pueblos despoblados, enfermedades y epidemias. Por último se pedía información sobre las casas y fortalezas.
El primer investigador que tuvo la paciencia de recopilarlas y darlas a conocer fue Francisco del Paso y Troncoso, en sus Papeles de la Nueva España, en segundo lugar Vargas Rea quien en la década de los cuarenta, del siglo pasado trató de continuar la publicación de estos documentos; a última fechas René Acuña con el apoyo de los Institutos de Investigaciones Filológicas y Antropológicas de la UNAM, hicieron una nueva edición de estas importantes fuentes documentales. Las relaciones geográficas del siglo XVI se localizan en diversos acervos en Europa como el Archivo General de Indias en Sevilla, la Biblioteca de la Real Academia de la Historia en Madrid, la Universidad de Glasgow en Escocia y la Universidad de Austin Texas. Casi todas las existentes se han publicado, pero también algunas se encuentran perdidas. Las relaciones geográficas se han agrupado por obispados: México, Tlaxcala, Antequera, Guatemala, MIchoacán, Nueva Galicia.
Las relaciones geográficas de 1743
Las relaciones geográficas del siglo XVIII, aunque son más breves que las del siglo XVI. Debemos de recordar que con la llegada de los Borbones se dio un cambio en la forma de gobernar, debido a sus ideas ilustradas, por lo que se le dio mucha importancia a las estadísticas. El objetivo era conocer las colonias para tener un mejor control y poder implementar el centralismo, debilitando a todas aquellas instituciones que ensombrecieran el poder real.
En 1741 el Consejo de Indias había pedido informes sobre las colonias. En la Nueva España gobernaba el virrey Fuenclara, quien ordenó que se levantara la información. Los que coordinaron este trabajo fueron don Francisco de Sahagún de Arévalo y don Antonio de Villaseñor y Sánchez. La información se recopiló y le sirvió a Villaseñor para escribir su obra Theatro Americano, que es la síntesis de las relaciones geográficas de 1743. El autor organizó la información por obispados y arzobispados comprendiendo los de: México, Puebla, Michoacán, Oaxaca, Guadalajara, y Durango. La mayoría de los documentos se encuentran en el Archivo General de Indias.
Las relaciones geográficas de 1777 y de 1790
Ermest Sánchez Santiró localizó el documento resumen, referente al arzobispado de México en el Archivo General de Indias en Sevilla. Se caracteriza por ser una gran hoja matriz que se puede considerar como un mapa demográfico, algunas relaciones geográficas se ubican en el Archivo General de la Nación en el ramo de Bienes Nacionales. El padrón de Bucarelí como también se le conoce a este grupo de relaciones se efectuó sobre dos unidades territoriales distintas: civiles (alcaldías mayorías y corregimientos) y eclesiásticas (curatos).
Se ha considerado dentro del corpus de las relaciones geográficas a las introducciones que acompañaron los padrones del censo de Revillagigedo en los años de 1790 a 1794. Se les ha dado el nombre de relaciones geográficas de 1790 que se localizan en el ramo de Padrones en el Archivo General de la Nación y fueron publicadas en 1994 por el INAH. Las relaciones geográficas tanto las del siglo XVI, como las del XVIII, resultan imprescindibles para todos aquellos que deseen escribir sobre la historia regional, la geografía histórica y la historia demográfica, en el antiguo régimen.
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